¿Cómo entré en tecnología sin saber nada de código?
Te cuento mi historia de cómo descubrí el mundo de la tecnología y cómo fue que me animé a postular a un bootcamp de programación sin saber nada de código.
Disclaimer: Tantas veces quise escribir y todas me frené por no encontrar las palabras o la forma perfecta, pero hoy decido hacerlo, incluso con todo lo que sé que debo mejorar.
No necesitas ser bueno para hacer algo, necesitas hacerlo para volverte bueno.
Mi historia con la tecnología se remonta antes de conocer Laboratoria, antes siquiera de escuchar y sentir curiosidad por el término “UX Design”. No recuerdo exactamente cuándo fue, pero quizá siempre estuvo ahí, en pequeñas acciones. Como cuando soñé con hacer una app sin saber dónde empezar o cuando compré un dominio para crear una web en WordPress (¡SPOILER ALERT! nunca la hice). Todos esos momentos sembraron la semilla de lo que vendría después.

Aún sin claridad y sin sentirme lista, solo hice las cosas que tenía que hacer para ponerme en el camino. Me llama la atención cómo, en retrospectiva, hay situaciones que deberían hacerme analizar a fondo, pero no lo hacen, pero escribir o hacer un simple video, me sumerge en una absoluta duda. Ironías de la vida.
¿Quieres empezar en el mundo de la tecnología y no sabes por dónde empezar? Regístrate al evento del IWD Camino x Latam Perú (gratis y virtual).
Al día de hoy, me cuesta responder con certeza qué soy y qué hago, me apasionan muchísimas cosas y me atrae la idea de explorar diferentes aspectos de mi vida. En los últimos años, a pesar de la incomodidad, me he permitido sumergirme en muchas facetas y es algo que con certeza, solo he podido hacer porque un día la shirley del pasado decidió cambiar de carrera.
Son oficialmente cinco años desde que empecé en la industria de la tecnología, seis, si es que también cuento mi proceso de aprendizaje en el bootcamp de Laboratoria.
Cuando miro las fotos de lo logrado en estos años, me emociona muchísimo, de hecho en este momento, las ganas de llorar se apoderan de mí, son lágrimas de orgullo y cariño. Sinceramente, nunca soñé ni con el 1% de todo lo que he hecho. Antes no tenía la capacidad de soñar así y puede deberse a muchos factores, pero eso es tema para otro blog. Tengo certeza de dos cosas: todos esos momentos épicos tienen un detrás de cámaras que no es tan lindo ni glamoroso, pero es parte del proceso y merece darle lugar. Lo segundo es que una de mis principales “preocupaciones” actuales es alimentar mi capacidad de soñar lo más grande e imposible que pueda.
Pero vuelvo al punto: ¿cómo empecé en la industria de la tecnología?
Si bien, mis primeros pasos se dieron seguramente hace más de 10 años atrás, el primer paso lo di mientras vivía en Buenos Aires, donde conocí el término “UX Design” por un curso virtual que compré y no completé ( como miles de cosas que tengo pendientes). Y aunque no lo terminé, ese fue un hito importante en mi camino.
A mi vuelta a Lima, sufrí una desilusión bastante fuerte al ver que el mercado laboral no había cambiado mucho, el talento de las personas no se valoraba y no entendía cómo después de dos años, con experiencia en el extranjero, no podía acceder a mejores oportunidades como profesional en Marketing, fue muy frustrante. Inspirada por Ale Leguizamon, una emprendedora Argentina que en ese tiempo vendía cursos prácticos de marketing para emprendedoras, pensé: “puedo hacer algo similar aquí”, pero como cientos de mis ideas, quedó inconclusa (como muchas cosas en mi vida).
Esto profundizó aún más mi tristeza. No lograba conectarme con mi país (hasta ahora lo siento) y pasaba el día entero en internet, entre Instagram y Youtube. Fue un verano oscuro. Un día, Instagram me mostró un post de la comunidad Más Mujeres UX en Perú, y se me hizo familiar, había escuchado de la comunidad de Argentina en el curso de UX Design que no completé y me causó sorpresa saber que había algo similar aquí. Inmediatamente ingresé al perfil, luego, a la web, revisé todo, hasta que llegue a la sección de staff y básicamente, me puse a stalkear 🕵️♀️ a cada una de ellas, vi sus perfiles de LinkedIn y en un momento me di cuenta, que todas tenían algo en común, habían estudiado en un lugar llamado Laboratoria. Al segundo, entré al LinkedIn y a la web de Labo.
Ni siquiera había escroleado media página cuando ya estaba iniciando el proceso de postulación. Lo poco que leí fue suficiente, de pronto, todo hizo sentido en mí. No averigué nada, no contrasté información, ni siquiera me tomé un segundo para dudar. Fue casi en automático, postulé de inmediato.
Ni por un segundo imaginé que ese pequeño momento cambiaría mi vida para siempre ( y no, no estoy llorando mientras escribo esto).
La Shirley de aquel entonces tenía muy poca claridad, pero gracias a esa decisión, estoy aquí. Volvería el tiempo, solo para agradecérselo.
Si llegaste hasta aquí, de verdad, muchas gracias. Sé que es un montón (y eso que resumí) 💖.
Por cierto, me encantaría saber si alguna vez tomaste una decisión impulsiva que cambió tu vida.
Si crees que esto le puede servir a alguien, compártelo o envíaselo a la persona que necesita de ese empujoncito 💪.
Shirs